miércoles, 9 de julio de 2014

Día 22: Die größte Demütigung der Fußball-Geschichte

Tenía que titular esta entrada en su idioma original, alemán, para intentar expresar con la rotundidad del acento germano el concepto que me viene a la cabeza tras el ¿Brasil?-Alemania de esta noche: La mayor humillación en la historia del fútbol.
Löw y sus jugadores le han dado un auténtico repaso a todos los niveles a Scolari y los suyos. El 1-7 que Alemania le ha endosado a Brasil en la primera semifinal de este Mundial lo dice absolutamente todo.

Brasil: Julio César, Dante, David Luiz, Marcelo, Maicon, Luiz Gustavo, Fernandinho, Oscar, Hulk, Bernard y Fred (Willian, 69')

Alemania: Neuer, Höwedes, Hummels (Mertesacker, 46'), Boateng, Lahm, Khedira (Draxler, 76'), Schweinsteiger, Kroos, Özil, Müller y Klose (Schürrle, 58')

Muy emotivo como siempre el himno de Brasil interpretado a dúo por los jugadores y los aficionados. David Luiz y Julio César portaban una camiseta en apoyo del lesionado Neymar, al que la 'canarinha' ha echado de menos hoy. Sin embargo, al que más han podido echar en falta los brasileños es al sancionado Thiago Silva, porque la defensa carioca ha sido un coladero. Bien, la defensa y el resto del campo, ya que el rodillo alemán ha pasado por encima de Brasil sobre todo el terreno de juego. El 'Mannschaft' ha protagonizado una paliza sin precedentes.
A los once minutos, Brasil empezaba a dar fe de su ineptitud defensiva y dejaba rematar solo a Müller dentro del área a la salida de un córner. El hoy más que nunca rodillo alemán se ha puesto en modo 'humillaçao' y, a partir de ese momento, nos ha regalado 18 minutos por los que, sin ninguna duda, este es ya uno de esos partidos de fútbol que pasan a la historia y que los afortunados que hoy lo hemos visto recordaremos de por vida. En el 23', Klose hacía el segundo al culminar una jugada de 'tiki-taken'. Miroslav Klose también pasaba a la historia con ese tanto, ya que era el número 16 que marcaba en un Mundial y, por lo tanto, superaba a Ronaldo, convirtiéndose en el máximo goleador de la historia de la Copa del Mundo. Un minuto después, Toni Kroos -el MVP del partido- ponía el 0-3 con un zurdazo tras otra gran jugada germana. A los dos minutos, el del Bayern repetía tras un pase de Khedira de esos de "métela tú, que yo me aburro". Y en el 29 Mesut Özil, el menos lucido de Alemania (tanto hoy como en todo el Mundial), se copiaba de su excompañero en el Madrid y le servía al propio Khedira otro de esos pases para que Sami constatara la manita. Cinco goles en 18 minutos. Lo nunca visto. 0-5 al descanso en el Estadio Mineirao.
Estoy convencido de que, si el reglamento lo permitiese, Brasil le habría pedido al mexicano Marco Rodríguez que el partido acabase ahí, aduciendo dolor en el alma o algo similar. Eso le habría ahorrado a todo el mundo perder los siguientes 45 minutos de su preciada vida, porque estaba muy claro que Alemania iba a salir en la segunda parte a andar por el campo -casi literalmente- y que ni los brasileiros esperaban ya, no remontar, sino ni siquiera maquillar el resultado. El daño ya estaba hecho. Y era tan grande en la 'canarinha' el dolor que ni los propios jugadores sabían qué hacían sobre el césped alargando su tortura. Alemania ha pasado bastante del asunto y se ha relajado muchísimo en defensa, pero en cuanto los teutones acumulaban cuatro pases seguidos de medio campo en adelante, un escalofrío volvía a apoderarse de la torcida brasileña. Löw ha sido previsor y ha reservado para la final a Hummels, Khedira y Klose. Schürrle, que ha entrado por el delantero de la Lazio, ha hecho los dos últimos: en el 69', tras finalizar una jugada de Lahm por banda derecha. Diez minutos más tarde, al recibir un pase del soberbio Müller, controlar y batir con la zurda el palo de Julio César. Era el gol del partido. Creo que al exguardameta del Inter ahí ya se le ha escapado alguna lágrima, porque debe de ser frustrante que te metan siete goles en la semifinal de un Mundial, tu propio Mundial. Casi en el descuento, el desacertado Özil ha podido hacer el octavo en una de las muchas llegadas a placer de Alemania. El 'Gunner' la ha mandado fuera y, a la jugada siguiente, un voluntarioso (por decir algo amable de este pedazo de futbolista) Oscar ha hecho el gol de Brasil, que ni era del honor ni era nada.
Brasil se ha despedido de su Mundial de la peor manera posible: evidenciando que no tenía ni el juego ni el equipo necesarios para ser campeona y, sobre toda otra cosa, humillada.
Alemania está, por razones obvias, en la final del Mundial. Los germanos han dado hoy un recital. Una paliza, un baño... pon tú el apelativo que creas más oportuno. Su rival en la final saldrá del Holanda-Argentina de mañana.
Si yo fuera holandés o argentino tendría miedo, mucho miedo.
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