miércoles, 26 de marzo de 2014

Victoria amarga

El Barça ha sumado esta noche una nueva victoria ante el Celta de Luis Enrique, que regresaba al Camp Nou, en un partido en el que la gran noticia ha sido la lesión de Víctor Valdés.

El Tata Martino ha dado lugar a algunas rotaciones y ha habido cambios con respecto al equipo titular que ganó el domingo en el Bernabéu. Descanso para Piqué, Alves, Xavi y Busquets. Fueron titulares Bartra, Adriano, Song y Alexis en un equipo algo más deslucido que en anteriores partidos, pero que conserva el 'punch' y las genialidades de Iniesta y Messi como principal baza para sacar los partidos adelante. El argentino tenía ganas de más tras el Clásico y ya en el minuto 3 ha anotado, pero el gol ha quedado invalidado por fuera de juego. En el 5', jugada de tiralíneas de Messi con Alexis y el chileno acaba asistiendo para que Neymar la empuje y haga el 1-0.
A partir de ahí, el partido se ha empezado a jugar prácticamente en el campo del Celta, con alguna tímida internada del conjunto vigués, que en el minuto 22 llegaba al área azulgrana, el balón tocaba en la mano de Adriano y el árbitro señalaba penalti. Todo quedó en un susto, porque el asistente le indicó acertadamente a Ayza Gámez que la falta se produjo fuera del área. Y del pequeño susto al auténtico pavor: Orellana bota el tiro libre, Valdés detiene en dos tiempos y, tras apoyar el pie en el suelo y blocar el esférico, se da cuenta de que algo va mal y tira el balón fuera. La 'pantera' de L'Hospitalet ha abandonado el campo en camilla con evidentes síntomas de dolor (posiblemente sea una rotura de ligamentos, con lo que Valdés puede despedirse de la temporada y del Mundial). Pinto ha entrado en su lugar.
En el minuto 30 llegaba el 2-0. Pase magistral de Iniesta para Messi, que acomoda el cuerpo para deshacerse de su oponente, se va hacia la derecha superando al meta Yoel Rodríguez y finaliza una jugada marca de la casa. Hasta el final de la primera mitad, el Barça ha seguido llegando al área del Celta y ha tenido alguna ocasión más por mediación de Messi y de Neymar, pero el meta visitante ha estado bastante acertado.
Tras la reanudación, el Barça ha salido bastante relajado, consciente de que tenía el partido controlado y que no necesitaba hacer un gran esfuerzo para llevarse los tres puntos. Sergi Roberto entraba por Iniesta para que el manchego descansara de cara al derbi contra el Espanyol. En el 58', Messi servía una falta y Cesc (bastante espeso, al igual que Song en el centro del campo) marcaba en posición antirreglamentaria. En el 67', Neymar recibía en la izquierda un pase de Alexis, aguantaba la marca de dos contrarios y anotaba con la zurda el tercero del Barça y el segundo en su cuenta particular. El brasileño ha mostrado actitud a lo largo del encuentro y se ha reivindicado con dos goles. Poco después era sustituido por Pedro. El Barça había quitado definitivamente el pie del acelerador y solo alguna que otra embestida del Celta ha puesto en apuros a los de Martino. En los minutos finales, nuevo susto, esta vez con Pinto, que recibía una cesión comprometida de Sergi Roberto, el rechace favorecía al delantero del Celta y el de El Puerto de Santa María se golpeaba con la rodilla en el palo sembrando nuevamente el nerviosismo en el aficionado culé. Pinto ha solventado un par de ocasiones del equipo visitante, que le acababan de dar al tramo final la emoción que el Barça (ya desdibujado en el campo) no era capaz de darle. Final del partido. Tres puntos que le sirven a los azulgranas para ponerse líderes de forma momentánea a la espera de lo que hagan Atlético y Real Madrid.
El sábado espera un choque complicadísimo en Cornellà-El Prat, donde no estará Víctor Valdés. Victoria amarga.

martes, 25 de marzo de 2014

Eficiencia bávara

El Bayern Munich se ha proclamado campeón de la Bundesliga a falta de... ¡7 jornadas!
El rival (o más bien espectador privilegiado) ha sido el Hertha Berlin, que poco ha podido hacer ante el todopoderoso equipo de Pep Guardiola.
A los seis minutos, Toni Kroos inauguraba el marcador y a los 14' Mario Götze (jugadorazo) finalizaba de cabeza una jugada colectiva que ilustra a la perfección el poderío futbolístico al que el equipo muniqués nos tiene acostumbrados. Son un rodillo. No les puedes quitar el balón (han estado rondando el 80% de posesión durante todo el partido) y cuando se lo quitas, ejercen una presión que da miedo. Cuando lo tienen, una sensación de superioridad se apodera del rival e incluso de los aficionados (de los demás equipos) porque juegan al toque rápido y de precisión, tocan, triangulan, controlan, giran, buscan al compañero desmarcado, llegan y aplastan. Robben hace lo que quiere, Muller lo remata todo, Alaba y el todoterreno Lahm (reconvertido en interior) corren y combinan y siguen corriendo sin cansarse e incluso Dante parece un prodigio. Boateng hace su trabajo a la perfección en el centro de la zaga y Neuer no tiene ni que intervenir (puede tomarse un café o lo que quiera) mientras sus compañeros se dan un paseo semana tras semana.
En la segunda parte, que se antojaba como un mero trámite, han entrado Mandzukic y Ribéry por Muller y Robben, respectivamente. El colombiano Adrián Ramos, el puntal del Hertha BSC, le hacía soltar el café a Neuer para batirle desde el punto de penalti y poner el 1-2. Entró Thiago Alcántara en detrimento de un equilibrado Schweinsteiger y, en los deslucidos minutos finales, ya en el 79', Ribéry definía con gran calidad para hacer el 1-3 y acabar de certificar la victoria y el campeonato. Poco importaba ya el empate a cero en el derbi de Renania del Norte-Westfalia entre Borussia Dortmund y Schalke 04, resultado que, además, beneficiaba al Bayern. Ya no había quien librara a Pep de la ducha de cerveza.

No sé qué habrá hecho Guardiola con estos jugadores, pero desde luego que no ha tenido la necesidad de cambiar mucho las cosas, porque el Bayern ya jugaba así la temporada pasada con Heynckes y sigue jugando igual con el técnico de Santpedor al mando. Las consignas están claras: posesión, movilidad, presión, solidaridad defensiva y 'punch' en ataque, las armas que hacen de este equipo una escuadra prácticamente imbatible. Un equipo que juega mejor que nadie y que da miedo en Alemania y, por supuesto, en Europa y que se ha permitido el lujo de consagrarse campeón de liga con siete jornadas por jugarse, una más que la pasada campaña, cuando el Bayern de Jupp Heynckes se hizo con la 'Ensaladera' con seis partidos de antelación. Eficiencia bávara.

lunes, 24 de marzo de 2014

La liga más cara

Tras la victoria del Barça en el Bernabéu, la liga, ahora ya sí, es -por si alguien lo dudaba- cosa de tres. Quedan 9 jornadas por disputarse; 27 puntos en juego para la que es la liga más reñida de los últimos años. Atlético, Madrid y Barça abordan un calendario de dificultad similar. Un pinchazo de cualquiera puede ser decisivo.

Empezamos por el actual líder, el Atlético, que jugará este miércoles (hay jornada entre semana) en el Calderón contra el Granada en lo que se presupone un partido para que los colchoneros sigan liderando la tabla. El fin de semana se aventura complicado para los de Simeone, que visitan San Mamés, donde no ha ganado nadie aún (en liga, ya que en copa el propio Atlético ha sido el primero y único en hacerlo este año) ante un Athletic afianzado en la cuarta posición. La jornada siguiente el Atleti volverá a jugar como local ante el Villarreal, equipo que siempre crea problemas y que además está peleando por una plaza europea. En la jornada 33 el 'Glorioso' visita el coliseum Alfonso Pérez para jugar el derbi ante el Getafe y una semana después recibirá al Elche. En la 35, viaje a Mestalla para enfrentarse a un Valencia que busca pasaporte para la Europa League y, la jornada siguiente, nueva visita a la ciudad del Turia para verse las caras ante el Levante en el siempre complicado Ciudad de Valencia. En la penúltima jornada, los del Cholo reciben la visita del Málaga. Despedirán la liga ante el Barça en el Camp Nou, en un partido que puede decidir el título.

Vamos ahora con el Madrid, que el miércoles intentará resarcirse de la derrota en el Clásico. Para ello, visita el Sánchez Pizjuán, donde le espera un Sevilla con los ánimos subidos. Este fin de semana recibe al Rayo Vallecano en un partido que debería ser placentero para los blancos. En la jornada 32, desplazamiento a San Sebastián para medirse a la Real Sociedad, que busca afianzar su plaza europea y que, jugando como jugó ante el Barça hace poco en Anoeta, tiene opciones de llevarse los tres puntos. 
Las siguientes dos jornadas pueden ser muy apacibles, jugando en casa ante el Almería y visitando al Valladolid (pero ojo, porque el Barça casi se deja la liga en Zorrilla hace dos semanas). Después, los de Ancelotti jugarán dos partidos seguidos en el Bernabéu: primero ante el Osasuna y después ante el Valencia (que se llevó los tres puntos del Camp Nou). En la penúltima jornada, visita a Balaídos. Cierre de la liga en el Bernabéu ante el Espanyol, que probablemente ya no se estará jugando nada.

El tercero en discordia, el Barça, tiene la opción el miércoles de ponerse líder momentáneamente si gana al Celta en el Camp Nou y de añadir presión así a Madrid y Atlético. Este sábado, los de Martino deberán superar uno de los escollos más grandes que les quedan: el derbi barcelonés en Cornellà-El Prat.
La jornada siguiente el Barça recibe la visita del colista, el Betis, y una semana después viajará a Granada.
En las jornadas 34 y 35, sendos partidos complicados: primero en el Camp Nou ante el Athletic; ante el Villarreal en El Madrigal, después. 
Antepenúltima y penúltima jornadas más apacibles, ante el Getafe, como local, y contra el Elche en el Martínez Valero. Último partido de liga en casa ante el Atlético de Madrid. Posible infarto.

A todo ello hay que sumarle, además, los cuartos de final de la Champions entre Barça y Atlético (1-9 de abril) y otro Clásico en la final de la Copa del Rey en Mestalla el próximo 16 de abril, factores que pueden ser claves en el desenlace del campeonato doméstico.

El partido del siglo

Esta vez sí. Lejos de eslóganes y de etiquetas trasnochadas, lo que nos regalaron anoche Madrid y Barça sobre el campo fue digno de ser calificado como el mejor partido del siglo: buen fútbol, ocasiones, igualdad, muchos goles, polémica y un largo etcétera de ingredientes que convierten el Real Madrid-FC Barcelona en un espectáculo en el que todos quieren ser los campeones, que decía Torrebruno. Y el campeón de la batalla de anoche fue indudablemente el Barça, que fue el que más quiso jugar a fútbol.
Los de Martino sabían que se la jugaban anoche en el Bernabéu. Necesitaban ganar y lo hicieron. Sin especular, ejerciendo ese dominio del balón por el cual siguen siendo únicos y machacando arriba. El Madrid, claro, no iba a regalar nada. Quería ganarle al Barça -goleándole, si era posible- y echar de la liga a los culés. Por ello, frente al 0-1 de Iniesta que hizo enmudecer al Bernabéu, el conjunto de Ancelotti no se vino abajo. Todo lo contrario, puso al Barça contra las cuerdas y logró darle la vuelta al marcador con dos zarpazos de Benzema, que ayer tuvo hasta cinco ocasiones claras de gol. El francés estuvo soberbio, acompañado de un eléctrico Di Maria, un voluntarioso Bale y un discreto Ronaldo. Y en el Barça, la tónica de los últimos partidos: espectaculares Iniesta y sobre todo Messi -el argentino un peldaño más arriba en su particular escalera de estado de forma- y un conjunto, un bloque, en el que todas las piezas funcionaron. Algunas mejor que otras, pero todas supieron poner de su parte en el engranaje azulgrana.
Messi, que ya había asistido a Don Andrés en el primero, volvió a igualar el partido (2-2 con el que se llegó al descanso) en una jugada en la que aprovechó el rebote de un pase que él mismo había dado para batir a Diego López en mitad de un bosque de piernas llamado defensa del Real Madrid.
El Madrid volvió a ponerse por delante con un penalti (fuera del área) que Alves cometió sobre Cristiano (quizás en la mejor jugada individual del luso). El mismo Ronaldo transformó y volvió a poner al Real por delante. Diez minutos más tarde, pase increíble de Messi al espacio, Neymar -que posiblemente parte en fuera de juego- entra en el área y es derribado por el último jugador, Ramos, que comete penalti con un sutil toque y se gana la expulsión. Messi convierte y vuelve a poner la igualada.
El Barça ya estaba lanzado y con ganas y capacidad para dar el golpe definitivo, que a punto estuvo de llegar cuando Alves soltó un zapatazo al palo. Y a siete minutos del final, otra internada del Barça, esta vez Iniesta, que encara a Carvajal, Xabi Alonso llega para ayudar en el bloqueo, el tolosarra se pasa de frenada y comete un claro penalti. Messi vuelve a lanzar magistralmente, anota el 3-4 definitivo y le da una victoria vital al Barça para seguir con opciones de ganar la liga.
Actuación estelar del argentino, que hizo su segundo hat trick al Real Madrid, que ya es el máximo goleador de la historia del Clásico con 21 goles (superó a Di Steffano), que batió a Hugo Sánchez en la tabla de máximos goleadores en la historia de la liga española y que, además, con el triplete de anoche, se pone con 21 goles en esta liga, solo uno por detrás de Diego Costa y cinco por detrás de Cristiano, que quizás está nervioso viendo que su trofeo peligra y por eso necesita justificar la derrota merengue de anoche con que "El Barça jugó con doce". Fue un partido igualado, que bien podría haber sentenciado el Madrid cuando estaba 2-1 (cosa que evitó un sensacional Valdés) y en el que los detalles, como casi siempre en este tipo de partidos, decantaron el resultado a favor de uno de los dos equipos, en este caso el Barça.
Los del Tata fueron justos merecedores por juego y por posesión de balón. El 35% vs el 65% de esta explican muchas cosas del partido de anoche. El Barça tuvo el balón y dispuso de él como mejor sabe hacerlo: elaborando hasta llegar a la meta rival, sin importar cuántos pases les cueste. El Madrid solo quiso el esférico para jugar a la contra y poder sorprender al conjunto azulgrana. Eso y el factor físico (en eso es ampliamente superior al Barça) fueron las mejores bazas de los blancos, pero anoche se impuso el buen fútbol, ese con el que se ganan títulos.

domingo, 16 de marzo de 2014

Plácido domingo

Buena tarde de fútbol la que se ha visto en el Camp Nou. Con un Barça que parece estar completamente recuperado de sus males. 

Los de Martino han salido a por faena y, a pesar de que en los primeros compases de juego el Osasuna ha llegado con cierto peligro al área azulgrana, pronto las cosas se han puesto en orden para los intereses culés y el Barça ha vuelto a desplegar su mejor fútbol, con triangulaciones, juego vertical, horizontal, toque, muchísima posesión y, por si fuera poco, un elevado acierto ofensivo. Messi abría el marcador en el 17' con una buena jugada colectiva que el argentino acababa apuntalando. Igualaba a Paulino Alcántara como máximo goleador en la historia del Barça.
Cuatro minutos después llegaba el segundo tras una gran combinación entre Iniesta y Alba, que recibe la pared del manchego, pase de la muerte para Alexis y adentro. Y en el 33', golazo de Andrés Iniesta con la zurda y desde fuera del área para sorprender a Andrés Fernández, casi el mejor de los pamplonicas. A destacar en la primera mitad el gran partido de Pedro, que estaba destrozando por banda izquierda, reivindicándose para estar la semana que viene en el Clásico.
Tras el descanso, misma tónica. El Barça seguía tocando y llegando a la portería de un Osasuna ya indefenso. En el 63', jugada personal de Messi, que se cruza con Iniesta (¡Vaya dos!) y este la deja atrás para que Leo haga el cuarto de la tarde y el segundo en su cuenta particular, lo que le convertía, ya sí, atended bien, en el máximo goleador de la historia del FC Barcelona.
Martino dio entrada a Tello en detrimento de Alexis (también entraron Song y Adriano por Xavi y Mascherano, respectivamente) y, prácticamente en el primer balón que toca el de Sabadell, se zafa de hasta tres contrarios y suelta un derechazo imparable al palo largo que nadie adivinó.
A dos minutos para el final, Messi recibe una asistencia de Alves solo dentro del área, se lo piensa y la acaba poniendo lejos del alcance del meta rojillo para firmar el hat trick (no podía acabar mejor la tarde para el argentino), que sitúa a Messi con 18 goles en esta liga. Ya en el descuento, una asistencia del propio Messi la acabó convirtiendo Pedro -hoy soberbio- para ponerle la guinda a su partidazo. 7-0, final del partido. A destacar la ovación que el público del Camp Nou le dedicó al excanterano Oriol Riera al ser sustituido (también jugó en Osasuna el exazulgrana Cristian Lobato).

Ahora, los del Tata vuelven a estar a cuatro puntos del Madrid (y a uno del Atlético). El Barça, por cierto, es, con 81 goles, el equipo más realizador de Europa. Goles como los de hoy que, sin duda, le darán moral a los azulgranas para afrontar el determinantísimo partido que les espera el próximo domingo. A ver si también es plácido.

jueves, 13 de marzo de 2014

Buenas noches

En el fútbol, un sábado puedes estar acabado y, cuatro días después, reivindicarte y ser el mejor. Eso es lo que hizo justamente anoche el Barça en la vuelta de octavos de final de la Champions ante el Manchester City.
Cuando se celebró el sorteo de octavos en diciembre, muy pocos eran los que apostaban decididamente por los de Martino, muy pocos habrían confiado en que los azulgranas ganarían tanto en la ida como en la vuelta y, menos aún, con un resultado global de 4-1 y exhibiendo un fútbol como el que ha desplegado el conjunto culé en ambos partidos. Y volviendo al sábado pasado, en el que un desganado e irreconocible Barça cayó en Valladolid, casi nadie las tenía todas consigo de cara a la vuelta ante el City, no por no ser los del Tata capaces de superar una eliminatoria que tenían bien encarrilada, sino por mostrarse como verdaderamente son sobre el césped: maestros del balón que, si juegan al cien por cien, pueden ganarle a cualquiera. Sin embargo, para estar en óptima forma, todo el equipo debe estarlo, y eso es algo que anoche volvió a verse en el Camp Nou. Ni qué decir tiene lo brillante y desequilibrante que fue el juego de unos magistrales Iniesta y Messi que llevaron al equipo en volandas hacia cuartos. También es innegable que el equipo entero supo estar a la altura (quizás los más flojos fueron Neymar y Cesc) de un partido que exigía nivel, concentración, compromiso, actitud (la que había faltado en anteriores encuentros) y saber hacer sobre el campo. Los mejores fueron, sin ninguna duda, el argentino, que en partidos así invita a ser muy optimista en un futuro no muy lejano, y el manchego, que volvió a brillar y a encandilar a los aficionados culés tratando de devolverles, en forma de fútbol en mayúsculas, todo el apoyo y el cariño que le habían brindado tras los problemas personales que Andrés había vivido en los últimos días. La defensa estuvo de diez, tanto en las bandas con el enchufadísimo Jordi Alba y un decisivo Dani Alves (otro día hablamos de sus bailes y de sus gestos), como en el centro de la zaga con un irreprochable Mascherano y un atentísimo Piqué, que únicamente falló en el penalti no señalado sobre Dzeko (el árbitro, Stephane Lannoy, estuvo fatal, puesto que también se comió un penalti a Messi y un gol del Barça anulado tras un inexistente fuera de juego, dicho sea de paso).
En la medular, podemos decir que Xavi y Busquets no hicieron el mejor partido de sus carreras, pero el Barça mostró ayer una mayor solidez también en el centro del campo. Y eso que no lo tenía nada fácil con hombres como Touré o Fernandinho enfrente pero, siendo sinceros, el City no dio la sensación de poder remontar. El momentáneo empate de Kompany al final podría haber inducido a error a tenor de lo que se había visto sobre el campo, así que un minuto después Alves se incorporó al ataque y aprovechó una asistencia de Iniesta para poner el 2-1 y la justicia poética en el marcador.
Volviendo a Messi, que había hecho el 1-0 con aquel toque suyo de exterior con el que metía tantos goles hace un tiempo, estuvo superlativo. Intentó desequilibrar siempre, incluso encarando a tres o cuatro defensores en la frontal del área hasta llegar a línea de fondo -como también solía hacer antiguamente-, disparó desde fuera con ese remate suyo cruzado al que nunca llegaba el portero y tuvo un palo en otra jugada individual marca de la casa. En definitiva, si Leo juega con esas ganas y esa intensidad (y además está acertado de cara a portería) el Barça puede estar bastante seguro de que las defensas rivales lo van a pasar mal. Y si además le acompaña con su particular varita el mago de Fuentealbilla los aficionados al fútbol, que somos todos, lo vamos a pasar en grande.
Tiene que quedar muy clara la moraleja tras el partido de anoche: si se juega de esa manera no creo que nadie le pueda echar en cara, ni a Martino ni a los jugadores, perder un partido o caer eliminado, pero ojo, solo si se da todo en el campo y se juega (o al menos se intenta) jugar como se sabe. De otra forma, andando por el campo, sin ganas ni actitud, la derrota será imperdonable.

Segunda moraleja: jugando así, el Barça no habría pasado muchos apuros para ganar en Anoeta y en Zorrilla. Lo digo por la liga, esa competición en la que muchos dan por muerto al Barça. Tiempo al tiempo.

Por cierto, el Barça se mete en cuartos de final de la Champions por séptima vez consecutiva. A ver si el Barça es capaz de seguir dándonos las buenas noches.


domingo, 2 de marzo de 2014

Los gatos negros tienen seis vidas

Los black cats del Sunderland han perdido esta tarde en Wembley una de sus siete vidas.
No debe de ser fácil para los jugadores ni para los aficionados de un club modesto, como es el Sunderland AFC, saber que tu equipo ganó su último título en 1973. Menos fácil debe de ser todavía saber que la posibilidad de llevar un título a esas vitrinas cuatro décadas después pasa por ganar en la final de la
Capital One Cup al todopoderoso Manchester City, pero casi indigerible parece que, cuando a los diez minutos te adelantas en el marcador, estás siendo superior al contrario y vas a poder aguantar el resultado y devolverle la gloria a tu club, el rival te remonte en un minuto y tus ilusiones se borren de un plumazo. Y así ha sido.
Fabio Borini adelantó al conjunto rojiblanco a los diez minutos de juego. El italiano cedido por el Liverpool recibió un pase largo, se fue con facilidad de Kompany y definió a la perfección ante el hoy portero titular citizen Pantilimon. Parecía que el conjunto de Mánchester reaccionaría enseguida, pero las ideas no fluían para los de Pellegrini, estancados al máximo, en parte por la sólida organización defensiva de los hombres de Gustavo Poyet que, lejos de conformarse con haber marcado y limitarse a encerrase atrás, continuaron queriendo jugar a fútbol y al (contra)ataque. Saltaba la sorpresa al descanso.
Tras la reanudación, los skyblues parecían seguir sin encontrar la tecla que debían presionar. Eso, hasta pasados diez minutos, cuando Touré puso el empate con un magnífico disparo con el interior de su pie derecho que se coló por la escuadra de la portería defendida por Mannone. El City había despertado. Y en el minuto siguiente, jugada por banda izquierda, centro atrás y Nasri, que había estado muy espeso, conecta con el exterior del pie para sorprender de nuevo al meta italiano y hacer el 2-1. Los black cats estaban panza arriba, al filo de la muerte después de los dos zarpazos que habían recibido. Pese a ello, el Sunderland no dio por perdida la final y siguió buscándolo, elaborando en el centro del campo (interesantísimo partido de Ki Sung-Yong, el "Gerrard coreano"), pero siendo poco eficaz cuando llegaba al área rival. También jugó en el Sunderland Marcos Alonso, hijo del exfutbolista homónimo y nieto del mítico Marquitos.
En el City, entraron en la segunda mitad Jesús Navas por un poco inspirado Agüero y, en los minutos finales, el hoy suplente Negredo en detrimento de Dzeko.
En el minuto 90, contra letal del Manchester, Touré se la cede a Navas y el sevillano acaba de matar al gato. 3-1 y primer título de la temporada para el City.
Los gatos negros tienen hoy una vida menos.
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