Esta vez sí. Lejos de eslóganes y de etiquetas trasnochadas, lo que nos regalaron anoche Madrid y Barça sobre el campo fue digno de ser calificado como el mejor partido del siglo: buen fútbol, ocasiones, igualdad, muchos goles, polémica y un largo etcétera de ingredientes que convierten el Real Madrid-FC Barcelona en un espectáculo en el que todos quieren ser los campeones, que decía Torrebruno. Y el campeón de la batalla de anoche fue indudablemente el Barça, que fue el que más quiso jugar a fútbol.
Los de Martino sabían que se la jugaban anoche en el Bernabéu. Necesitaban ganar y lo hicieron. Sin especular, ejerciendo ese dominio del balón por el cual siguen siendo únicos y machacando arriba. El Madrid, claro, no iba a regalar nada. Quería ganarle al Barça -goleándole, si era posible- y echar de la liga a los culés. Por ello, frente al 0-1 de Iniesta que hizo enmudecer al Bernabéu, el conjunto de Ancelotti no se vino abajo. Todo lo contrario, puso al Barça contra las cuerdas y logró darle la vuelta al marcador con dos zarpazos de Benzema, que ayer tuvo hasta cinco ocasiones claras de gol. El francés estuvo soberbio, acompañado de un eléctrico Di Maria, un voluntarioso Bale y un discreto Ronaldo. Y en el Barça, la tónica de los últimos partidos: espectaculares Iniesta y sobre todo Messi -el argentino un peldaño más arriba en su particular escalera de estado de forma- y un conjunto, un bloque, en el que todas las piezas funcionaron. Algunas mejor que otras, pero todas supieron poner de su parte en el engranaje azulgrana.
Messi, que ya había asistido a Don Andrés en el primero, volvió a igualar el partido (2-2 con el que se llegó al descanso) en una jugada en la que aprovechó el rebote de un pase que él mismo había dado para batir a Diego López en mitad de un bosque de piernas llamado defensa del Real Madrid.
El Madrid volvió a ponerse por delante con un penalti (fuera del área) que Alves cometió sobre Cristiano (quizás en la mejor jugada individual del luso). El mismo Ronaldo transformó y volvió a poner al Real por delante. Diez minutos más tarde, pase increíble de Messi al espacio, Neymar -que posiblemente parte en fuera de juego- entra en el área y es derribado por el último jugador, Ramos, que comete penalti con un sutil toque y se gana la expulsión. Messi convierte y vuelve a poner la igualada.
El Barça ya estaba lanzado y con ganas y capacidad para dar el golpe definitivo, que a punto estuvo de llegar cuando Alves soltó un zapatazo al palo. Y a siete minutos del final, otra internada del Barça, esta vez Iniesta, que encara a Carvajal, Xabi Alonso llega para ayudar en el bloqueo, el tolosarra se pasa de frenada y comete un claro penalti. Messi vuelve a lanzar magistralmente, anota el 3-4 definitivo y le da una victoria vital al Barça para seguir con opciones de ganar la liga.
Actuación estelar del argentino, que hizo su segundo hat trick al Real Madrid, que ya es el máximo goleador de la historia del Clásico con 21 goles (superó a Di Steffano), que batió a Hugo Sánchez en la tabla de máximos goleadores en la historia de la liga española y que, además, con el triplete de anoche, se pone con 21 goles en esta liga, solo uno por detrás de Diego Costa y cinco por detrás de Cristiano, que quizás está nervioso viendo que su trofeo peligra y por eso necesita justificar la derrota merengue de anoche con que "El Barça jugó con doce". Fue un partido igualado, que bien podría haber sentenciado el Madrid cuando estaba 2-1 (cosa que evitó un sensacional Valdés) y en el que los detalles, como casi siempre en este tipo de partidos, decantaron el resultado a favor de uno de los dos equipos, en este caso el Barça.
Los del Tata fueron justos merecedores por juego y por posesión de balón. El 35% vs el 65% de esta explican muchas cosas del partido de anoche. El Barça tuvo el balón y dispuso de él como mejor sabe hacerlo: elaborando hasta llegar a la meta rival, sin importar cuántos pases les cueste. El Madrid solo quiso el esférico para jugar a la contra y poder sorprender al conjunto azulgrana. Eso y el factor físico (en eso es ampliamente superior al Barça) fueron las mejores bazas de los blancos, pero anoche se impuso el buen fútbol, ese con el que se ganan títulos.