lunes, 20 de abril de 2015
The Amazing Barça
<<Un gran poder conlleva una gran responsabilidad>> le dijo en su día Benjamin Parker a su sobrino Peter tratando de inculcarle el sentido del deber.
El poder arácnido de Spider-Man es perfectamente extrapolable al Barça, como concepto en general, pero especialmente al Barça que encara el tramo final de la temporada.
Unas veces increíble y asombroso, goleando y satisfaciendo a los aficionados, otras veces más austero, peleón y simplificado, sin despertar grandes elogios, lo más fascinante de los equipos como este Spider-Barça es lo claro y asumido que parecen tener su sentido del deber.
Si en el Parque de los Príncipes los de Luis Enrique (el particular Stan Lee de esta temporada) sacaron a relucir sus poderes hasta hacer caer al PSG en su telaraña futbolística, en el Camp Nou, frente al Valencia, vimos al Peter Parker del balón: responsable y comprometido pero sin llamar mucho la atención. Y es normal. Y casi obligado.
El Valencia, ese equipo renaciente llamado a ser un nuevo superhéroe, hace tiempo se despojó de las obligaciones coperas y aspira a jugar la próxima Champions pudiendo centrarse, única y exclusivamente, en los entuertos semanales de la liga.
Con un equipo suficientemente preparado para jugarle de tú a tú y para poner en serios apuros al Barça, el conjunto ché pudo salir victorioso del Camp Nou el pasado sábado, pero no. Ahí estaba el superhéroe azulgrana.
Peter Parker, sabedor del esfuerzo al que se enfrentaba al encontrarse justo en medio de una dura eliminatoria contra el Paris Saint-Germain, tan exigente física y mentalmente, supo dosificarse y economizar energías, cuándo hacer daño al rival, cómo contenerlo y desgañitarse de sus ataques.
Así fue como se produjo el 2-0 final en el Camp Nou. El Barça, consciente de su poder -y de su responsabilidad- planteó un partido de carga y contención, pese a no renunciar -nunca lo hace- a tener el balón, a sus chispazos eléctricos y a la eficacia más alta últimamente vista en Barcelona para conseguir doblegar al rival, lográndolo de forma igualmente efectiva en ambas áreas y en momentos claves.
El Barça golpeó en el primer minuto y en el último -con el superhéroe corriendo ya con la lengua fuera- y frenó en seco -especialmente con el penalti parado por Amazing Bravo- las aspiraciones de un Valencia que siempre dio la cara y que posiblemente mereció más en la primera mitad.
El gran poder del Barça, uno de los pocos equipos en Europa con las opciones al triplete intactas, se vio en algunos tramos del encuentro deslumbrado por la propia responsabilidad culé.
A veces, incluso el menor de los resultadistas ha de resignarse a saber sufrir, pelear y defender para sacar adelante los partidos marcados en rojo en el calendario -como el del Valencia- en pos de poder seguir desplegando su poder balompédico en las jornadas venideras.
Este Barça, posiblemente sin el mejor juego que le hayamos visto, va camino de convertirse en amazing desde otro punto de vista futbolístico, solventando los partidos y llegando a la recta final del año futbolístico -final de Copa, líder en liga y las semis de Champions a tocar- con el más estricto sentido del deber sobre el campo.
Vale, el Barça del Stan Lee Martino llegó la temporada pasada, a estas alturas, prácticamente igual de predispuesto. Pero este Spider-Man tiene otro aire...