El capricho no cumplido de Ander Capa |
No es un nuevo programa de Euskal Telebista (que yo sepa), sino la aventura de ese equipo recién ascendido que viaja por el mundo de la Liga sin complejos.
Primer viaje del Eibar a Barcelona para visitar el Camp Nou. Lo del conjunto guipuzcoano no fue un viaje de fin de curso ni hubo postureo fotográfico. La SD Eibar vino a ganarle al Barça y, aunque se ha llevado un bonito souvenir de la capital catalana, el viaje ha acabado saliendo algo caro.
El Eibar, ese turista embelesado y maravillado con los monumentos que veía en Barcelona (Messi, Neymar, el resurgido busto de Xavi Hernández) no se dejó amedrentar, sin embargo, y realizó su tour por el césped del Camp Nou como el que está acostumbrado a venir cada semana al Estadi.
Tanto es así que fue el ciudadano de casa el que se llegó a incomodar con la visita. El Eibar supo cumplir con las exigencias del viaje, sin demasiada ostentación ni mucho gasto en caprichos. Vino a jugar a fútbol, su fútbol, cobijado en su colonia balompédica, saliendo siempre en grupo y resguardándose de las excentricidades de la noche barcelonesa.
Aunque, igual que ocurre cuando uno sale al extranjero, al Eibar le dolió el cambio de divisa. El Barça es ese huésped que permite la entrada a cualquiera, que te acoge en su campo y te abre los espacios a la contra, pero que, cuando más cómodo parece estar el inquilino, te saca la factura con todas las tasas que no esperabas pagar.
Los eibarreses no se decidieron a darse ese capricho que llevarse de recuerdo (Capa, especialmente, lo va a lamentar mucho tiempo) y les tocó pagar todo de golpe a última hora.
El Barça había apuntado al Eibar, sin previo aviso (partido más bien gris de los locales), en una actividad programada para la última media hora. Y en esta solo se divirtió la gente del lugar. Primero Xavi, después Neymar, por último Messi.
Al Eibar le tocó pasar por el duty-free.