Tras el minuto de silencio por el inesperado fallecimiento de Luis Aragonés (que en paz descanse), el Barça salió en tromba a buscar los goles y el espectáculo que animaran al Camp Nou en el primer partido de la jornada sabatina. Y empezaron bien, porque a los 7 minutos Alexis, de disparo mordido y un tanto raro, puso el 1-0 en el electrónico. Los de Martino, hoy con el once prácticamente de gala (excepto Cesc, que suplió a Iniesta) buscaron con ahínco presionar, morder y marcar. Sin embargo, a pesar de las múltiples ocasiones y llegadas que protagonizaron los azulgranas, el segundo gol no llegaba, cosa extraña, porque la primera media hora de juego fue una de las mejores que le recuerdo al Barça de los últimos meses. Entre medio, el Valencia gozaba de alguna contra cuando el Barça le cedía un balón y terreno para correr. Parecía que se iba a llegar a la media parte con el marcador como estaba, pero justo cuando Pichi Alonso decía en la retransmisión del partido que <<lo mejor que le podría pasar al Valencia es irse al descanso con 1-0>>... ¡Zas! Busquets (hoy bastante mal) pierde un balón en su propio campo, el Valencia monta rápidamente la jugada y Parejo (el mejor de los visitantes) empuja para el 1-1. Gol psicológico y jarro de agua fría para el Barça. Descanso.
Aún no había abandonado el cuerpo de los aficionados barcelonistas esa sensación extraña que había dejado el empate cuando, a los tres minutos de la reanudación, el Valencia hacía el 1-2, por mediación de Piatti, que remataba de cabeza un balón de playa al que no pudo llegar Valdés (quien, por cierto, cometió en los últimos minutos de la primera parte una salida en falso en un córner que me puso los pelos de punta).
El Barça necesitaba reaccionar de la pájara que le había dado. Se trataba de buscar a Messi entre líneas, romper la defensa valencianista (cercana al 'catenaccio') y, sobre todo, seguir manteniendo el balón, que las ocasiones acabarían llegando. A los pocos minutos, una internada del Barça en área rival provocó que mi paisano Pérez Montero señalara penalti tras una discutible mano de Ricardo Costa. Messi lanzó la pena máxima de forma imparable para Diego Alves. 2-2.
La afición del Camp Nou empezaba de nuevo a animar con fuerza, pero el Valencia, que ya estaba crecido, no quería dejar escapar la oportunidad de dar la sorpresa en el feudo azulgrana. Tanto es así que a los cinco minutos los de Juan Antonio Pizzi volvieron a adelantarse en el marcador. Un sensacional Feghouli se va de cuatro en la frontal del área, llega a línea de fondo, pone el centro atrás y Paco Alcácer le gana la partida a un difuso Piqué para hacer el 2-3 definitivo.
A partir de ahí, nervios y juego espeso, y el Valencia, que evidentemente ya no tenía ninguna prisa, a lo suyo. Entró Iniesta por Xavi -bastante lineal- para dar profundidad, pero el conjunto ché se replegaba a la perfección cuando los de Martino llegaban al campo rival. El Barça seguía buscando romper la defensa con combinaciones Alves -el mejor del Barça hoy- y un poco inspirado Leo Messi al que no le salía casi nada. Y, como siempre llueve sobre mojado en Can Barça, para acabarlo de arreglar Jordi Alba vio la segunda tarjeta amarilla y dejó al equipo con diez en el último tramo del encuentro.
En este último tramo entró Tello en detrimento de un lento e ineficaz Cesc, pero la empanada era ya monumental. El Barça no conseguía su propósito de hacer tan siquiera el empate, y encima estuvo a punto de ver cómo el Valencia ponía el estoque final en una de las muchas contras con espacio por delante que tuvieron.
Ya en el descuento, Messi -en un jugadón con Alves e Iniesta- estuvo cerca de salvar los muebles, pero su disparo se marchó levemente desviado.
LO MEJOR: La primera media hora del Barça.
LO PEOR: Evidentemente, la derrota de hoy (que hará que los del Tata se levanten el lunes como segundos o terceros) y, nuevamente, la debilidad defensiva (a poco que se aproveche el Manchester City de esta, podrá hacer muchísimo daño al Barça).
El Barça podría haber sentenciado en la primera parte y, finalmente, por mala suerte, relajación o vete a saber qué, se acaba dejando los tres puntos en la primera derrota de la temporada en el Camp Nou. Toca despertar, pensar en la Real Sociedad y no volver a quedarse a la luna de Valencia.