jueves, 12 de marzo de 2015

¡Qué tele que rompimos, macanudo!


¿Dónde estará aquella tele? ¿Se la llevaron mis padres al pueblo? ¿La acabaron tirando porque no dio, finalmente, más de sí? No lo recuerdo.
Lo que nunca olvidaré es cómo nos la cargamos mi hermano y yo.
Hace hoy justamente 18 años, Barça y Atlético de Madrid se enfrentaban en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey.
Con un 2-2 en la ida en el Vicente Calderón, buen resultado azulgrana para la vuelta, la noche se antojaba algo más tranquila (y menos accidentada, en todos los sentidos) de lo que acabó siendo.
Jesús Gil (¿D.E.P.? No lo sé, pregúntale a Villar) había amenazado con que el Atleti no se presentaría en el Camp Nou tras las sanciones a Esnáider, Simeone y Geli, pero el Atlético vino a jugar, vaya que sí. En el minuto 31, el Atlético ganaba 0-3 con hat trick del mítico Milinko Pantic.
Mazazo en el Camp Nou y el mejor día en la vida de Vitor Baía, o probablemente no.
La segunda parte fue una locura, literalmente. Ronaldo (el gordo, el verdadero) recortaba distancias con dos goles, pero solo un minuto después del 2-3, de nuevo Pantic hacía el 2-4.
Tot el camp és un clam y además, de verdad, porque el Barça se volcó en ataque acompañado por su público, ávido de otra noche mágica de remontada en el Camp Nou. Figo (un jugador que tuvo el Barça) hacía el 3-4 con una magnífica volea imparable que se coló por la escuadra de la portería de Molina. Ronaldo, en el minuto 72, establecía el empate a cuatro (¡Los Barça-Atlético de antes!) y firmaba su hat trick particular. Y a escasos nueve minutos del final, la locura máxima: Guardiola la cuelga desde la banda derecha -como si lo estuviera viendo ahora mismo-, Abelardo remata de cabeza, repele Molina y JUAN ANTONIO PIZZI, QUÉ BUENO QUE VINISTE, MACANUDO, suelta un derechazo que se cuela en la portería y se confirma la remontada.
Locura, gritos, abrazos, ruido en el Camp Nou... y en mi casa. Tanto es así que mi hermano y yo (mi padre es del Athletic Club), sin saber cómo, le damos un porrazo a la tele y esta cae al suelo no estallando en pedazos de milagro, como milagrosa fue aquella remontada.
Las secuelas de aquel accidente electrodoméstico quedaron marcadas para la posteridad visiblemente, además, pues entre la pantalla y la carcasa que envolvía a esta podíamos incluso introducir un dedo (algo poco recomendable de hacer, por otro lado).
Un hueco en nuestro televisor y un hueco aún más grande en nuestro corazón para Pizzi.
El Barça pasó a semis, donde eliminó a la UD Las Palmas, y se proclamó campeón en aquella histórica final frente al Betis en el Santiago Bernabéu.
Eso sí, aquella Copa no habría sido posible sin la histórica remontada ante el Atlético culminada con el gol de Pizzi, del que hoy se cumplen 18 años. ¡Qué bueno que viniste!
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