Los disturbios (varios heridos por arma de fuego) que han precedido a la final de la Copa de Italia entre la Fiorentina y el Nápoles han ensuciado el ambiente de lo que se suponía que debería ser la fiesta del fútbol, no del terror. Varios seguidores de los dos equipos se enfrentaron en las horas previas al partido y, aunque no están del todo claras las causas de estos altercados, se sospecha que también podrían estar involucrados algunos hinchas de la Roma y de la Lazio. Tres aficionados del conjunto napolitano (entre ellos un policía libre de servicio) acabaron gravemente heridos. Una vez dentro del Stadio Olímpico di Roma, el partido, que debía empezar a las 21h, comenzó con 45 minutos de retraso debido al lanzamiento de bengalas por parte de algunos grupos ultra de la SSC Napoli. Incluso el capitán del conjunto partenopeo, Hamsik, tuvo que acercarse a la curva norte para 'negociar' con los cabecillas el inicio del partido.
Hablemos de fútbol, que lo hubo, y bastante. La Fiore y el Nápoles disputaron una final muy entretenida, con idas y venidas para los dos equipos, en un partido abierto y trepidante, en el que los viola trataron de llevar el peso del encuentro, pero los azzurri acabaron siendo superiores en el juego, teniendo mayor pegada y sabiendo imponerse.
A los 11 minutos de juego, el Nápoles montaba una rápida contra. Marek Hamsik conducía y se la acababa entregando a Lorenzo Insigne para que este, con gran calidad, pusiera una rosca lejos del alcance de Neto.
El propio Insigne hacía el 0-2 seis minutos después con otro golazo a pase de Higuaín. Parecía que el partido estaba sentenciado y que el vendaval del Nápoles acabaría humillando al equipo de Florencia, pero los de Vincenzo Montella volvieron a meterse en el partido. Fue en el 28'. Un gran pase de Ilicic lo aprovechó Vargas para soltar un zurdazo imparable para Pepe Reina y recortar distancias. Incluso la Fiore vio como al borde del descanso le anulaban (mal) un gol transformado por Aquilani.
En la segunda mitad, la tónica no cambió demasiado. Los de Rafa Benítez daban mayor sensación de peligro, pero la Fiorentina tenía las ideas claras. A pesar de que les costó en la finalización (no tenían a Mario Gómez), estuvieron bien en la elaboración gracias a un brillante centrocampista como Borja Valero (ex del Villarreal) y al chileno Matías Fernández. Tampoco estuvo el colombiano Cuadrado, pretendido por el Barça. El exbético Joaquín estaba cuajando un partido discreto y en el 72', otro ex del Villarreal, Giuseppe Rossi, entraba en su lugar cuatro meses después. La cosa parecía ponerse de cara para la Fiorentina cuando en el 79' Inler veía la segunda amarilla y dejaba a su equipo con diez. A pesar de ello, el Nápoles no solo no acusó la inferioridad numérica sino que, por momentos, parecía sentirse cómodo. En el arreón final, cuando la Fiore buscaba el empate, llegó la sentencia: Callejón roba un balón en la frontal del área rival, se la cede a Mertens -que había entrado por Hamsik- y el belga hace el definitivo 1-3 con pierna izquierda.
La Coppa 2013-14 es para el Nápoles de Rafa Benítez, que consigue su primer título al frente del banquillo partenopeo. Il Ciuccio ('el burro', en dialecto napolitano) alcanza su quinto título copero.
Ojalá hoy solo se tuviera que hablar de fútbol y no de burros.