Han jugado en la Eredivise un total de catorce años, alcanzando el octavo puesto en 1979, posición que no lograrán esta temporada, ya que se encuentran novenos, a seis puntos del Groningen a falta de dos jornadas, todo ello a pesar de que en los primeros partidos llegaron a liderar la liga holandesa sorprendiendo a propios y extraños. Y lo han vuelto a hacer.
El pasado domingo los aficionados del PEC Zwolle, los Blauwvingers ('Dedos Azules', llamados así por una antigua leyenda), vieron como su modesto equipo, ese que lleva el nombre de una ciudad de unos 120.000 habitantes, daba la campanada y le endosaba un contundente 5-1 al mismísimo Ajax en la final de la Copa de los Países Bajos, ganando su primer título y, por ende, escribiendo la página más importante en la historia del club de la provincia de Overijssel.
'La final de las bengalas', nombre con el que se recordará el partido por culpa de la invasión pirotécnica sobre el césped del Stadion Feijenoord de Róterdam, también perdurará en la memoria de las mentes balompédicas por ser el día con el que todo aficionado de un club pequeño ha soñado alguna vez: llegar a la final de Copa contra el equipo más laureado y poderoso de tu país y ganarle.
Esta vez el sueño se ha cumplido. El pez (PEC) pequeño se ha comido al grande (grandísimo) Ajax de Ámsterdam y ha hecho sonrojarse a los de Frank De Boer con una manita.
Cinco dedos azules.