lunes, 2 de diciembre de 2013

Los leones se comieron a los gatitos

Queda claro que al Barça no se le da bien jugar partidos "inaugurales". Ante el Ajax, perdió en su primer partido oficial en el Ámsterdam Arena. Ayer hizo lo propio en su primer partido en el nuevo San Mamés.
Es evidente, sobre todo, que los del Tata no pasan por un buen momento. Empieza a mosquearme incluso que jueguen con esa segunda equipación, la de la 'senyera'. Aún no conocen la victoria con ella puesta.

El FC Barcelona saltó ayer al césped bilbaíno con la idea de dar un puñetazo en la mesa y aniquilar los fantasmas de la derrota en Holanda. Desde el primer minuto se vio a un equipo que tenía ganas (y la necesidad) de dar una imagen muy diferente a la que había dado en el último partido de Champions.
Volvía el juego de toque para deshacerse del frío y la presión rival. Volvían las triangulaciones, la magia en el centro del campo y el 'punch' en ataque. Se empezó controlando y jugando el balón desde atrás, salvando la agobiante presión del Athletic. Se vieron, en palabras del Tata Martino, una de las mejores primeras partes en lo que va de temporada. Y es verdad. Quitando que no están ni Messi ni Valdés, el Barça supo desplegar la mejor versión de su fútbol durante la primera media hora de juego. El problema ayer no fue la falta de actitud achacada el pasado martes, fue otro: el Athletic Club de Bilbao. Los pupilos de Ernesto Valverde hicieron, en mi opinión, un partido tácticamente perfecto. Intentaron jugar tanto como la lucidez barcelonista les permitió. Mantuvieron una alta presión ofensiva y, especialmente, unas líneas muy juntas durante todo el partido, lo que asfixió y saturó al Barça por momentos. En los "minutos de magia" a los culés solo les faltó materializar en gol. Varias llegadas, varias ocasiones de Neymar (hay que elegir mejor los tacos de las botas) e incluso una de Andrés Iniesta que, aun lejos de su cien por cien, estuvo a punto de hacer el gol de la jornada en un intento de volver al pasado y convertirse en Vieri con la diestra, pero Iraizoz, que ayer estuvo muy acertado, atrapó. Delirios aparte, el Barça mereció irse al descanso con ventaja en el marcador. Eso sí hubiera sido irse al descanso como mandan los cánones, pero no logró marcar y el empate se mantuvo. El Athletic, por su parte, también tuvo alguna que otra: un remate de cabeza de Toquero (ese delantero centro que juega con el '2') y sobre todo una clarísima de Muniain, que no acertó en el remate.
En la segunda parte la magia del Barça había vuelto a desaparecer del terreno de juego, y solo Neymar inquietó mínimamente la portería rival echándose el equipo a sus espaldas pero siendo, una vez más, poco decisivo. En el minuto 57 se produjo una acción que podría haber cambiado el signo del partido si el colegiado, Martínez Munuera, hubiera considerado que la zancadilla que Iturraspe le hizo a Neymar cuando el astro brasileño se metía solo en el área merecía algo más que la cartulina amarilla. No fue así. El propio Neymar efectuó el tiro libre y el balón se marchó por poco.
El Barça seguía queriendo llevar el ritmo del partido, pero cada vez aguantaba con mayor desacierto las embestidas del Athletic, que seguía presionando desde muy arriba la salida de balón azulgrana. En una de ésas, cuando corría el minuto 70, Ander Herrera (me encanta) robó el esférico por la izquierda de la zaga culé, se la dio a un omnipresente Iturraspe y este se la puso a un endiablado Muniain, que llegó antes que Piqué, listo para hacer el definitvo 1-0. Al Barça y a Martino se les vino el mundo encima. El tiempo corría en su contra, pero eso era lo de menos porque algunos ya se habían ido al vestuario y en su lugar permanecían las sombras de unos futbolistas renegados, espectros balompédicos que no llevan sábana blanca, sino camiseta con 'senyera'.


LOS ONCE TITULARES

Pinto: bastante bien. Las paró todas menos una.
Montoya: estuvo a la altura... de Toquero. Malísimo.
Piqué: desubicado y lento.
Mascherano: arrítmico.
Adriano: ni fu ni fa
Busquets: el mejor del Barça.
Xavi: ofrezco 1.000.000 de dólares a quien lo encuentre vivo.
Iniesta: magia y escapismo a partes iguales.
Cesc: jugó 20 minutos.
Alexis: empezó eléctrico. Acabó en cortocircuito.
Neymar: le falta el gol para acabar de creérselo.

Al final, los leones del Athletic, merecedores del triunfo, se comieron a los gatitos (cada vez más mansos) del Barça. Suerte que tienen siete vidas, pero yo a alguno lo creo muerto (futbolísticamente) ya.
¿Habéis notado ese soplo en la nuca? Sí, es el Atlético de Madrid.
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