El gato negro que saltó al césped del Camp Nou en el Barça-Elche parecía ponerle el nerviosismo en el cuerpo a los más supersticiosos, especialmente a aquellos que pudieran tener dudas ante la puesta de largo del Barça de Luis Enrique en su debut liguero. Finalmente, el partido no siguió el guion del cuento escrito por Edgar Allan Poe hace 171 años y todo acabó bien para los azulgrana, quienes consiguieron llevarse los primeros tres puntos de la temporada en un partido de notable alto, ya no solo por el nivel de juego, sino por la capacidad de sacrificio que mantuvieron los hombres de Lucho, que fueron diez tras la expulsión de Mascherano al filo del descanso.
Para entonces, Messi había hecho de las suyas y había anotado el 1-0.
Todos los ojos estaban puestos en él, el chaval del que todo el mundo hablaba maravillas y que, un poco por los méritos hechos durante la pretemporada, otro tanto por las necesidades del equipo (lesiones de Neymar y Pedro, sanción de Luis Suárez) estaba siendo titular en su primer partido oficial en el Camp Nou. Había tenido un trallazo al larguero en la primera mitad y un intento de pase de gol malbaratado que derrochaba generosidad. Cuando no falló fue al minuto de la reanudación, cuando se desmarcó y finalizó de forma magistral para hacer el segundo. Ahí me vino a la cabeza otra obra literaria (aunque solo fuera por el título), aquel libro que tanto me gustó -y eso que lo leí en inglés- llamado La perla, la novela que John Steinbeck publicó en 1947.
La perla en cuestión se llama Munir y está llamado a ser un ídolo para los aficionados culés, pero tiempo al tiempo, que las perlas no se cultivan de un día para otro.
Al final, Messi hizo nuevamente de las suyas y puso el 3-0 final, que hace que el Barça sea el primer líder de la Liga 2014-15.
Muy buen partido del Barça, tanto como las recomendables obras que he mencionado.
