miércoles, 30 de octubre de 2013

El Faro de Vigo

faro.
(Del lat. pharus, y este del gr. φάρος).

4. m. Aquello que da luz en un asunto, lo que sirve de guía a la inteligencia o a la conducta.

En eso se convirtió ayer Cesc Fàbregas en Balaídos. Más allá de juegos de palabras con el diario gallego, el de Arenys fue anoche el faro, el guía de un Barça al que el Tata Martino le está dejando claro cuál va a ser uno de sus puntos fuertes esta temporada: las rotaciones. Cesc supo sacarle partido a su fútbol y darle una marcha más a un FC Barcelona que a veces peca de cierto estancamiento en el centro del campo. Además, el partido (abierto) le favorecía: los de Luis Enrique salieron a jugársela a todo o nada, sin término medio. Y eso, a un equipo que quiere jugar el balón, que le quiere jugar de tú a tú al Barça, como el Celta ayer, muy pocas veces puede salir bien. Es de admirar el planteamiento del técnico asturiano. Charles y los exazulgranas Rafinha y Nolito tuvieron varias ocasiones. Ocasiones que, como siempre, se encargó de repeler un Víctor Valdés que partido a partido nos va poniendo los dientes más largos, sabedores de su marcha.

Piqué no viajó a Vigo. En el banquillo descansaron Mascherano, Neymar, Xavi e Iniesta -aunque este último sí entró en la segunda parte, el día en que se cumplían once años de su debut-. Bartra formó pareja central junto a Puyol y demostró que puede jugar en este equipo. En el centro del campo, Song y Busquets fueron un dúo poco habitual, pero efectivo. Arriba, la novedad en el once fue Pedro, que se involucró como siempre. Messi pudo irse con otro balón firmado por sus compañeros, pero no marcó. Y no fue por falta de oportunidades -tuvo cuatro o cinco muy claras-, sino porque el portero local, Yoel Rodríguez, fue el mejor del conjunto vigués. La que no pudo parar fue la del 0-1: balón que intercepta el guía de Arenys, Pedro se la da, Cesc tira a puerta, Yoel rechaza y por allí aparece un jugadorazo llamado Alexis para empujarla el día que cumple 100 partidos con la camiseta del Barça.

Cesc hizo el 0-2 -seguramente el gol, oficialmente, fue de Yoel Rodríguez en propia puerta, pero yo se lo doy al faro- tras un tiro al larguero que golpeó en la espalda del guardameta antes de acabar entrando.

El propio Cesc hizo el tercero y definitivo tras pase de Messi -ese jugador que "no la pasa", pero que siempre da asistencias de gol-.

Moraleja: partidazo de Cesc; no del Barça, que en ocasiones estuvo preso de un partido loco y lleno de idas y venidas y que, si en lugar del Celta hubiera sido contra un equipo grande, le hubiera costado caro. Eso pasa cuando se juega un partido de ¿trámite? entre un clásico contra el Madrid y un derbi contra el Espanyol. 

Tres puntos más.
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